En el Informe sobre la Realidad educativa de Canarias 2020, recientemente publicado por el Consejo Escolar de Canarias, se recoge:

Numerosos estudios e investigaciones confirman como uno de los principales factores a tener en cuenta para el adecuado desarrollo del contexto socioeducativo de cualquier región el nivel de estudios de la población adulta. Dicha formación se complementará, posteriormente, por medio de las distintas modalidades del aprendizaje permanente, otros de los factores esenciales a la hora de diseñar los pertinentes planes de formación y empleo.

En la siguiente figura se observa el nivel de estudios de la población adulta en España y Canarias correspondientes al año 2016, según el máximo nivel alcanzados por las personas de entre 18 y 64 años. Destaca el desfase de Canarias en los niveles de enseñanza postobligatoria en general y, en particular, en la Formación Profesional de grado superior y en los estudios universitarios de postgrado. Unos resultados que, sin duda, deben ser tenidos en cuenta y puestos en relación con otros indicadores como el abandono escolar temprano.

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Si se agrupan todos estos niveles en tres grandes bloques, tal y como puede apreciarse en la siguiente figura, se observa como Canarias presenta en el porcentaje de población con un nivel inferior a 2ª etapa de Educación Secundaria diferencias de 7,4 puntos con respecto a la media nacional; en población con un nivel igual a 2ª etapa de Educación Secundaria, de 1,3 puntos y, 8,8 puntos menos que la media estatal para la población con un nivel de educación Superior. Datos que invitan a reflexionar sobre las medidas necesarias para evitar el abandono escolar a niveles tan tempranos y sobre cómo incentivar a la población en continuar su formación permanente a lo largo de la vida.

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Canarias, se muestra, por tanto, como una de las comunidades autónomas con mayor nivel de población que cuenta tan solo con estudios secundarios básicos (hasta el actual 2º ESO), junto a otras Comunidades como la Comunidad Valenciana, Galicia, Melilla o Murcia y muy alejada del nivel de otras como Madrid, País Vasco o Navarra.

 

El Consejo Escolar de Canarias realiza las siguientes consideraciones y propuestas referentes a este tema:

  • Profundizar en el estudio de la relación que se establece entre educación y empleo y abordar adecuadamente la necesidad de incrementar el nivel formativo de la población no escolarizada, en general, y de la parada, en particular, con planes a distinto nivel.
    Ajustar y revisar la oferta formativa para la población parada en función de los perfiles de los destinatarios y de los diferentes contextos insulares.
  • Priorizar la adquisición de las competencias básicas académicas, personales y sociales, por parte del colectivo de personas paradas que no han alcanzado ni siquiera el nivel de enseñanza primaria.
    Estudiar otros modelos de formación para adultos, con el fin de realizar una oferta educativa realista, contextualizada y flexible que conecte con las demandas y expectativas de empleo de este sector de la población.
  • Diversificar la oferta educativa a través de las alternativas de semipresencialidad y a distancia, adaptándola a la idiosincrasia de cada isla.
  • Ampliar y extender la oferta de cursos preparatorios para el acceso a las distintas enseñanzas, así como establecer pruebas destinadas a la obtención de las diferentes titulaciones para aquellas personas que no hayan podido promocionar.
    Promover que la orientación sea considerada como un servicio transversal e indispensable para la adecuada elección de itinerarios formativos académicos y laborales.
  • Ampliar la oferta de educación postobligatoria, especialmente la de Formación Profesional, aumentando la oferta de plazas presenciales, a distancia y para personas adultas.
  • Actualizar los protocolos de la Formación Práctica en las Empresas, reforzando las redes del sector productivo empresarial y la formación que este requiere.
  • Incrementar y visibilizar las campañas de difusión y apoyo de la educación a lo largo de la vida.
  • Fomentar la creación de hojas de ruta flexibles con itinerarios claros que posibiliten la reinserción del alumnado en el sistema educativo.
  • Planes de formación docente para la actualización y la innovación curricular en contenidos y métodos.
  • Reducir la oferta en la modalidad a distancia en aquellas ramas de la formación profesional que exijan un dominio práctico relevante.
  • Reforzar las campañas de difusión de las Enseñanzas de personas adultas, apoyando a los CEPA2 y los CEAD3, que deben disponer de la flexibilidad necesaria para aumentar el número de matrículas, así como incentivar que el alumnado acabe los cursos que empieza.

Para más información sobre este tema puede consultar el Informe sobre la Realidad educativa de Canarias 2020.